De todas las mujeres que viven con VIH en Chile, muy pocas, cerca del 10% son trabajadoras sexuales. De hecho, ellas presentan menores riesgos de infección debido a que, por su misma actividad, se controlan regularmente y manejan abundante información sobre el Sida, por lo cual adoptan todas las medidas preventivas, exigiendo a sus ocasionales compañeros el uso del condón.
las mujeres están expuestas a un mayor riesgo de contraer VIH. La razón biológica que explica este fenómeno se atribuye a la anatomía del tracto reproductivo de la mujer y al intercambio de secreciones durante la actividad sexual.
Existen, además, razones de índole psicosocial que provocan una mayor vulnerabilidad. Muchas veces las mujeres se encuentran en una situación de desigualdad en la toma de decisiones y control en la relación con la pareja, en el rechazo social al uso de preservativos por parte del hombres, y en las falsas ideas sobre la expresión del amor.
Bajo esta realidad, en general las mujeres dueñas de casa y con pareja única y estable fueron contagiadas con VIH por sus cónyuges o convivientes. De ellas un alto porcentaje ignoraba las prácticas extramaritales de sus maridos y un porcentaje menor sólo las sospechaba, pero prácticamente ninguna tenía una certeza al respecto.
“si los mitos se rompieran, sería más fácil hablar de estos temas en la sociedad. Porque hay tratamiento para vivir con el VIH, y también hay formas eficaces de prevención”.